lunes, 1 de noviembre de 2010

David


Hoy me remonto al pasado: 22 de febrero de 2007.
Aquel día nació David.
Tras nueve largos, y en ocasiones angustiosos, meses de espera pude sentir la piel de mi bebé en contacto con la mia, por mucha memoria que trato de hacer no soy capaz de recoradar algo que me haya hecho sentir mas completa que en ese momento, sentir su piel, su corazón, su respiración, oirle llorar... desde aquél día supe que mi vida no sería la misma (en realidad creo que eso lo sentí mucho antes, pero aquel día esa sensación me golpeó con toda la fuerza posible). Mi lista de prioridades dio un giro de tantos grados que me fue imposible contarlos. El embarazo fue largo, un poco complicado, pero placentero, muuuuuy placentero, el parto fue intenso, duro, impactante, bello... incluso se me hizo corto.
David estaba en mis brazos. A pesar de lo que los médicos temian estaba sano, fuerte, era grande y despierto.
Aquel día pude sentir mil cosas al mismo tiempo, aquel día comprendí que se puede amar a alguien por encima de cualquier cosa.
Ya no es un bebé, es un niño de tres añazos, vital, nervioso, un poco desobediente, cariñoso, imaginativo... es (como le llama cariñosamente mi chico) mi pequeño talibán. Ya ha empezado el cole, va solito en el autobús, come con sus compañeros... crece dia a dia.
Poco a poco aprende, y me enseña muchas cosas, porque ambos crecemos individualmente, pero tambien crecemos juntos. Cada avance, cada leccion, cada aprendizaje es un nuevo logro para los dos.
Ya conoceis a mi pequeño, dia a dia contaremos un poquito mas de nuestra esperiencia, nos iremos presentando mas a fondo, nos iremos viendo crecer

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