En un post anterior mencionaba a los capullos de nuestras vidas. Hoy reincido en el tema centrandome en los capullos ennegrecidos que pretenden brotar cuando aun no tienen sabia suficiente ni para mantener su tallo (como muy bien los calificaba mi hermana Magda en un comentario a aquel post). Esos pobres capullos, ains... pobres ellos, que no son capaces de mirarse al espejo y ver que con sólo un poquito de esfuerzo para estirarse podrían llegar hasta todo lo que necesitan para florecer. Esos capullos que una, otra, otra y otra vez nos intentan sacar de nuestras casillas. Esos capullos que no son capaces de mirar mas allá de sus narices...A veces me da por pensar que tal vez alguien debería ponerles a raya, y que tal vez yo podría ser ese alguien. En otras ocasiones creo que es mejor dejarles recrearse en su negrez y hacer cómo que no he visto nada. Pero hay ocasiones en las que intento llegar a un término medio, y claro está, termino de mal genio, alterada y sin llegar a puerto. ¿Algún consejo?
Cuando tienes un rosal plagadito de capullos a puntito de florecer siempre sale alguno ennegrecido, normalmente para que no hagan "feo" solemos cortarlos, pero me temo que a los que me refiero no se les puede cortar sin atraer consecuencias impensables( ¿o si?) mejor no darle muchas vueltas al tema. En fin, ¡¡capullos del mundo!! en especial a vosotros capullos ennegrecidos, abrid los ojos porfavor, aunque sólo sea por unos segundos... abridlos y mirar a vuestro alrededor y si os sobran un par de segundos... ¡emprended camino en dirección contraria a la mia! en el caso de que no os sobren, suerte, porque en algun momento os topareis de frente con unas graaaandes tijeras que irán derechitas a vuestros tallos.
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